LA REALIDAD DEL TRASTORNO NARCISISTA DE LA PERSONALIDAD
El DSM define el trastorno de la personalidad narcisista como un patrón general de grandiosidad (en la imaginación o en el comportamiento), una necesidad de admiración y una falta de empatía. La persona que sufre este trastorno puede presentar las siguientes características:
- Tiene un grandioso sentido de autoimportancia (p. ej., exagera los logros y capacidades, espera ser reconocido como superior, sin unos logros proporcionados).
- Está preocupado por fantasías de éxito ilimitado, poder, brillantez, belleza o amor imaginarios.
- Cree que es “especial” y único y que sólo puede ser comprendido por, o sólo puede relacionarse con otras personas (o instituciones) que son especiales o de alto status.
Exige una admiración excesiva. - Es muy pretencioso, por ejemplo, expectativas irrazonables de recibir un trato de favor especial o de que se cumplan automáticamente sus expectativas.
- Es interpersonalmente explotador, por ejemplo, saca provecho de los demás para alcanzar sus propias metas.
- Carece de empatía: es reacio a reconocer o identificarse con los sentimientos y necesidades de los demás.
- Frecuentemente envidia a los demás o cree que los demás le envidian a él i presenta comportamientos o actitudes arrogantes o soberbios.
Pero en realidad estas características solo son estrategias sobre-compensadoras de sentirse imperfectos y privados emocionalmente. Porque la verdad de estas personas es que tienen una sensación muy grande de vacío que, aunque tengan mucho éxito, su vida carece de significado o sentido profundo porque son incapaces de experimentar amor genuino. En el centro de sus vidas hay un vacío: las necesidades emocionales insatisfechas de un niño solitario. Y su vida carece de las conexiones intimas con los demás y de la expresión autentica de sí mismo.
El problema principal de su infelicidad es que no pueden dar amor autentico y genuino, porque sus necesidades emocionales más importantes de comprensión y empatía no han sido satisfechas y no se sienten merecedores de amor, no se sienten queridos ni queribles.
En el fondo se sienten imperfectos, con defectos y por esta razón impiden que las demás personas se les aproximen en exceso y se muestran ambivalentes con respecto a la intimidad: simultáneamente la desean pero a la vez se sienten incómodos y se protegen de ella cuando empiezan a recibirla. La sensación de necesidad de amor les motiva aproximarse a los demás pero su sensación de imperfección les empuja a distanciarse. Creen que la exposición de cualquier defecto es humillante y que generara el rechazo. Cada vez que no logran cumplir con sus estándares altos, su grandiosidad se transforma en inferioridad y sienten vergüenza. Y esto es la causa de que a veces se sientan tristes y con síntomas depresivos.
Para ellos, percibirse “normal” es lo contrario de sentirse “especial”. Sentirse corriente, normal, es uno de los peores sentimientos porque su auto imagen está dividida: o se creen maravillosos o no se creen nada, no tienen punto intermedio. Y esto es el resultado de la aprobación condicional que recibieron a la infancia, tenían que ser los mejores y se sentían queridos en función de sus logros y éxitos.
Y aunque es probable que en el fondo deseen ser próximos a las personas, muchas veces actúan de forma que hacen sentir desvaloradas a las personas y las alejan de ellos no permitiéndose entonces poder dar i recibir amor genuino y manteniéndose siempre en la superficialidad.
Los objetivos del tratamiento para este problema van dirigidos a:
- Esperar de los demás lo que ellos están dispuestos a dar
- Aprender a perdonar mejor los errores humanos, y reducir su perfeccionismo que muchas veces responde a un padre/madre exigente que nunca estuvo satisfecho
- Escoger el amor verdadero en vez de las satisfacciones temporales narcisistas.
- Sustituir conductas impulsivas y compulsivas autodestructivas por conductas de proximidad y autenticidad emocional y trabajar por establecer relaciones íntimas.
- Intentar cuidar de otras personas y practicar la empatía
- Intentar conectar de una forma más profunda con las personas y relaciones y que puedan dar y recibir amor genuino
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